Entre 25% y el 30% de nuestras necesidades de calefacción son debidas a las pérdidas de calor. Las ventanas suelen ser el punto débil en la envolvente térmica de los edificio.
Sustituir ventanas poco eficientes por ventanas de alta eficiencia es una acción que te permitirá lograr buenos resultados a nivel energético sin necesidad de grandes reformas.
Si deseas realizar una correcta elección de tu ventana es importante considerar la integración estética pero además debes valorar la confortabilidad y el rendimiento a nivel energético.
Por esta razón, cuando tengas que elegir una ventana ten en cuenta que la finalidad de la misma debe ser la siguiente:
1. Proteger del frio o del calor. Debe poseer unas buenas prestaciones térmicas para que no tengan una alta incidencia en el consumo energético por la necesidad de usar calefacción o aire acondicionado.
2. Resguardar del aire, del polvo y la contaminación. Es decir, debe ser hermética. Esto también reducirá la posibilidad de fugas térmicas.
3. Evitar la penetración de ruidos externos.
4. Debe brindar seguridad en tu hogar.
5. Tener correctos niveles de impermeabilidad, evitar la condensación y humedad en el interior del recinto.
Todos estos factores son claves a la hora de elegir una buena ventana que nos ayude a conseguir el objetivo estético y funcional para nuestra vivienda.